Resumen de la conferencia de 135 minutos del Dr Bruce Lipton en Bs As , Argentina, doblada al Español. DVD de la conferencia disponible en creandotuvidablog punto com en la seccion de "Productos". La informacion mas relevante sobre ciencia y espiritualidad del presente.
"Cómo liberar el poder de la conciencia, la materia y los milagros"
Dr. Bruce H. Lipton
Biólogo Genético
"La Biología de la Creencia es auto-poder, no auto-ayuda"
Buenos Aires, Argentina
"El medio ambiente es energía universal. Abarca desde el sol, los planetas hasta nuestros propios pensamientos. Nuestro cuerpo es energía, nuestros pensamientos son energía. Toda esta energía influye nuestra biología, en forma directa o indirecta. Mi función es proveer los elementos para que cada persona pueda elegir qué quiere cambiar de su biología y sienta que tiene el poder de hacerlo. Yo no estoy diciendo qué es correcto o incorrecto. Ésa es una decisión individual derivada de una experiencia personal. Mi intención es que se den cuenta de que no existen los accidentes y que todos tenemos el poder de elegir nuestra experiencia de vida. La Biología de la Creencia es auto-poder, no auto-ayuda. ¿Cómo comenzar a andar el camino del progreso? ... "
Dr. Bruce Lipton
El mensaje de Bruce Lipton tiene el potencial para cambiar al mundo. Deepak Chopra |
Bruce Lipton nos ofrece nada menos que el eslabón perdido entre la vida y la conciencia. No tengo duda que “La biología de la creencia” se convertirá en la ciencia del nuevo milenio. Gregg Braden autor de “El Código de Dios” (The God Code) y “La Matriz divina” (The Divine Matrix) |
El mensaje del Dr Bruce Lipton es el sumario completo de la nueva biología todo lo que ella implica; una revolución genuina del pensamiento y el entendimiento, tan radical que puede cambiar al mundo. Joseph Chilton Ph.D., autor de “El niño mágico” (Magical Child) y “El fin de la evolución” (Evolution’s End) |
Bruce Lipton nos ofrece una amplia visión del destino de la humanidad. Thom Hartmann, autor de The Last Hours of Ancient Sunlight |
El
Doctor Bruce H. Lipton, biólogo celular, ha sido profesor de la Escuela
de Medicina de la Universidad de Wisconsin. Después de varios años de
enseñar, se convirtió en un pionero del estudio científico de la
biología celular en la Escuela de Medicina de la Universidad de
Stanford. Sus experimentos, junto a los de otros líderes en el campo de
la biología, han examinado minuciosamente los mecanismos con los cuales
las células reciben y procesan información. Los resultados de estos
estudios han cambiado radicalmente el entendimiento del funcionamiento
de la vida por medio de dos nuevas corrientes científicas, la
transducción y la epigenética. Su trabajo nos muestra que los genes y
el ADN, no controlan nuestra biología, como lo enuncia la escuela de
Darwin de determinismo genético o herencia, sino que los genes y el ADN
están controlados por señales externas, incluyendo los mensajes
energéticos emanados por nuestros pensamientos positivos y negativos.
Este nuevo concepto unifica la biología celular con la física cuántica,
al mostrarnos que nuestro cuerpo puede cambiar si cambiamos nuestra
forma de pensar. Estas nuevas ciencias, la transducción y la
epigenética, nos sugieren que los estímulos energéticos que recibimos
del medio ambiente, determinan nuestra calidad de vida. www.creandotuvida.com |
Jorge Patrono y Bruce H. Lipton en San Francisco, California
Jorge Patrono- En su libro, “La Biología de la Creencia”,
("Biology of Belief") usted menciona dos nuevos campos de la ciencia
genética: transducción y epigenética. ¿Podría explicarnos la diferencia entre ambos campos?
Bruce H. Lipton- La epigenética es el control de los genes. Transducción, que significa transformación de un tipo de señal en otro tipo de señal, es cuando un organismo lee la señal del medio ambiente y la traduce en comportamiento y genética. O sea que la transducción controla comportamiento y también genética. La transducción de la señal está por encima de la epigenética porque es necesaria para entender la epigenética. La Transducción se basa en leer el medio ambiente, interpretarlo y luego generar una respuesta, que es la respuesta a un estimulo. La repuesta puede reflejarse en la conducta o en la genética. Por eso cuando hablamos de genética, siempre digo que la respuesta al medio ambiente que controla la genética no está relacionada a la genética regular de los libros académicos sino que está relacionada a la epigenética. Y la razón por la cual se llama epigenética es la siguiente: epi significa “por encima”, como epidermis, o sea “por encima de los genes”. Ahora, descubrimos que la señal por encima de los genes viene del medio ambiente, o sea que el medio ambiente es el que controla los genes, en vez de ser los genes quienes se controlan a sí mismos. En contraposición al Dogma Central* (ver recuadro abajo*), actualmente la epigenética nos dice: primero, señal del medio ambiente, luego proteínas cromosomáticas, que son como fundas que cubren al ADN y al cromosoma, y cuando quitas esta funda puedes leer el ADN. Esta funda responde a la señal del medio ambiente, o sea que para leer el ADN tienes que tener primero una señal del medio ambiente; segundo, afectar a la proteína; tercero, cuando la proteína, o funda, se corre, queda expuesto el gen; cuarto, se produce una copia del gen que se llama ARN y quinto, el ARN genera una nueva proteína. Entonces ¿en dónde está el ADN? En tercer lugar. ¿Y por qué es importante esto? Porque la biología convencional dice que el ADN está en primer lugar debido a que dejaron fuera de la ecuación a la proteína y al medio ambiente. Bueno, esto es epigenética, y reemplaza el concepto clásico de la genética. La epigenética dice que si queremos cambiar los genes, lo que tenemos que hacer es cambiar el medio ambiente y los genes cambiarán.
DOGMA CENTRAL*
Cuando hablamos del control genético en la fórmula ancestral del Dogma Central:
ADN>ARN>proteína,
nos estamos basando en la teoría de la primacía del ADN. (ver imagen).
Como nos muestran las flechas, la información fluye en una sola
dirección, desde el ADN al ARN y desde allí a la proteína. El ADN
representa la memoria de largo plazo que pasa de generación en
generación. El ARN, una copia inestable del ADN, es la memoria activa,
la cual es usada por la célula como un patrón para sintetizar proteínas.
Las proteínas son los bloques constructores moleculares que proveen la
estructura y conducta de la célula. El DNA (o ADN en castellano), en
esta teoría convencional está considerado como “la fuente” que controla
el carácter de las proteínas de las células, de donde viene el concepto
de primacía del DNA que literalmente significa “primera causa”.
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J.P.- ¿Cuándo menciona el medio ambiente, se refiere al exterior solamente o incluye también nuestros pensamientos?
B. H. L. A todo. El medio ambiente es energía universal. Abarca desde el sol, los planetas, o sea la astrología, hasta nuestros propios pensamientos. Nuestro cuerpo es energía, nuestros pensamientos son energía. Toda esta energía influye nuestra biología, obviamente algunas en forma directa y otras indirectamente.
J.P.- Usted menciona que “La Biología de la Creencia”, no es un libro de auto-ayuda sino de auto-poder.
B. H. L.- Así es. En los libros de auto ayuda, el autor presenta una fórmula para ir del punto A al punto B, paso a paso, y si la persona sigue las instrucciones probablemente llegue al punto B. En el caso de “La Biología de la Creencia” yo estoy informando como funciona nuestra biología y los lectores tienen la libertad de usar esa información como deseen. No hay pasos a seguir o fórmulas. Mi función no es decirles qué es lo que tienen que hacer con esta información, mi función es proveer los elementos para que cada lector pueda elegir qué quiere cambiar de su biología y sienta que tiene el poder de hacerlo. Yo no estoy diciendo qué es correcto o incorrecto, esa es una decisión individual derivada de una experiencia personal. Mi intención es que después de leer el libro se den cuenta de que no existen los accidentes y que todos tenemos el poder de elegir nuestra experiencia de vida. Por eso es auto-poder y no auto-ayuda.
J.P.- Cuando hablamos de biología indefectiblemente nos viene a la mente el tema “salud.” ¿Cómo podemos vivir una vida sana sin tener que estar combatiendo enfermedades constantemente, tanto físicas como psicológicas?.
B. H. L.- En el tema de salud, hay una analogía que me gusta usar que es la del automóvil con palanca de cambios. Supongamos que yo le vendo a alguien un auto con palanca de cambios y la persona que me compra el auto siempre manejó autos automáticos o sea que no tiene idea de cómo usar el embrague y la palanca de cambios. Obviamente cuando arranque el auto y ponga “primera”, éste no va a moverse en forma automática, sino que dependerá del uso del embrague. Como el conductor en este caso no tiene idea de cómo funciona, el auto andará a los saltos, se parará el motor, harán ruido los engranajes de las marchas, etc. Después de dos semanas de maltratar al auto, la transmisión dejará de funcionar y habrá que llevar el vehículo al mecánico. El mecánico (médico) mira el auto (enfermo) y dice: “hay que cambiar el embrague (medicina) porque está roto (diagnóstico)”. En ningún momento se le ocurre preguntarle al conductor cómo usa el embrague y la palanca de cambio (medicina preventiva). Pasan dos semanas y nuevamente, debido al mal uso del auto, el embrague se vuelve a romper y nuevamente hay que llevarlo al mecánico, quien dice que hay que cambiar el embrague y sin saber qué es lo que lo causa, el mecánico determina que es una falla de fábrica del auto (enfermedad crónica). De ahora en más el auto tiene que ser reparado cada dos semanas (medicación de por vida). El problema es el siguiente, si le enseñan a la persona como usar el embrague, éste no se volverá a romper, pero al mismo tiempo no le van a poder vender más embragues (laboratorios farmacéuticos). La analogía es la siguiente, el 90% de las enfermedades del corazón son ocasionadas por la falta de cuidado del paciente (o sea el conductor del vehículo). ¿Y qué nos dice el médico?: “usted tiene un corazón débil, tiene las arterias tapadas, la presión alta… y éstos son los medicamentos que tiene que tomar para poder seguir funcionando,” pero nadie le enseña al paciente cómo ser un buen conductor de su propio vehículo, no es un buen negocio. Pero hay un médico que conozco que se llama Dean Ornish quien en vez de prescribir medicamentos, enseña al paciente como conducir su propio vehículo y la diferencia en los resultados es enorme. En la medicina convencional, si le dan al paciente drogas y logran parar la enfermedad, lo llaman éxito. Dean dejó de darles a los pacientes drogas y no sólo la enfermedad desapareció sino que se regeneraron los órganos que estaban afectados. Ésto normalmente no pasa en la medicina convencional. Pero lo más triste del caso es algo que dijo Dean en televisión: “Si hubiera usado drogas para curar y recuperar la salud total de mis pacientes, otros médicos hubieran seguido mis pasos y hubieran usado las mismas drogas que yo, pero como no usé ninguna droga, nadie habló del tema ni se interesó por saber cómo es que funcionó así.” El problema es que la medicina está manejada por las compañías farmacéuticas y enseñarle a la gente como funciona su propio cuerpo es un mal negocio.
J. P.- En su libro usted hace referencia a la conciencia colectiva diciendo: “Así como una nación es el reflejo de las características de sus ciudadanos, nuestra humanidad debe reflejar la naturaleza básica de nuestras comunidades celulares” ¿Podría desarrollar más a fondo esta idea?
B. H. L.- Todo lo que necesitamos para sobrevivir, nuestras células también lo necesitan, porque estamos alimentando células. Las células necesitan oxígeno, comida, despojarse de residuos, la temperatura correcta, un medio ambiente propicio, y eso es exactamente lo que el ser humano necesita porque tiene 50 billones de células y todas necesitan lo mismo. Entonces si observamos cómo la célula vive su vida y vivimos nuestra vida de la misma forma, estaremos viviendo en armonía con nuestras células mucho más que como vivimos ahora. Si pensamos que somos seis mil millones de personas viviendo en el mundo peleándonos por sobrevivir y lo comparamos con los 50 billones de células que viven en nuestro cuerpo en total armonía hasta que nos morimos, nos daremos cuenta que algo estamos haciendo mal. Si analizamos esto veremos que en nuestro cuerpo cada célula tiene trabajo, recibe un salario, tiene cobertura médica, el dinero extra (energía) vuelve a la comunidad, y esto sin ser comunismo, porque no todas las células reciben el mismo salario.
Las células de la piel no
reciben la misma cantidad de dinero (energía) que las neuronas, las
neuronas están mejor pagas porque tienen un trabajo más grande. Pero el
punto es que todas las células reciben los elementos básicos para una
vida feliz y ordenada. A ninguna le falta nada. Y la realidad nos
indica que nosotros vivimos en un mundo en donde hay hambre y al mismo
tiempo tenemos tanta comida que nos estamos matando solamente por comer
en exceso, esa es la principal razón por la que nos morimos jóvenes.
Estamos comiendo los radicales libres de nuestra propia digestión que es
lo que nos mata. Quiero agregar que nosotros deberíamos vivir hasta
alrededor de los 140 años de vida y la razón por la cual no lo estamos logrando es porque nuestra dieta nos está matando y por el estrés.
Debemos volver a la dieta de nuestros ancestros, cuando no había
supermercados y todo era más simple y en menor cantidad. Comían lo que
tenían a mano en las estaciones correspondientes en cantidades más
pequeñas y vivían más tiempo. Lo que sabemos ahora de los diferentes
estudios que se han hecho criando ratas, la mosca de la fruta o gusanos,
es que de vez en cuando, se han encontrado ejemplares que viven más
tiempo que el resto de la misma especie. Los científicos se
entusiasman porque creen que van a encontrar el gen de la longevidad en
ese espécimen. Y lo que se encuentra es una ironía: en cada situación
en donde se ve que un organismo ha vivido más tiempo, no fue debido a
un gen que agregó algo nuevo sino a un gen defectivo. Fue un gen que
afectó el metabolismo de la insulina, lo que significa que el organismo
no podía digerir bien la comida. Entonces los científicos al ver esto,
le daban menos alimento al espécimen para ver si lo podía digerir mejor
en menor cantidad. El resultado fue que el espécimen vivía el doble de
tiempo que el resto. Con esto llegamos a la conclusión de que es la
cantidad de comida que ingerimos lo que nos está matando. No
necesitamos toda esa comida para sobrevivir porque nosotros absorbemos energía de la atmósfera. Somos como máquinas Tesla, que se cargan con la energía del medio ambiente.
J. P.- Usted menciona en su libro que la epigenética está sacando a la luz nuevas complejidades en relación a la naturaleza de las enfermedades, incluyendo el cáncer y la esquizofrenia. ¿Podría aclarar ese concepto?
B. H. L.- Básicamente la vieja creencia dice que genes defectuosos generan enfermedades. En la actualidad sabemos que la epigenética modifica la lectura del gen. La epigenética puede modificar el gen y crear 30.000 variaciones diferentes del mismo gen. Lo que significa que uno puede venir con un buen gen y crear una variación que es mutante o puedes venir con una variación mutante de un gen y crear una variación que es saludable. O sea que en la vieja versión nosotros somos los genes, pero en la nueva versión “nosotros somos el resultado de lo que escribamos en nuestros genes.” Con esto quiero decir que la mayoría de los diferentes tipos de cáncer son epigenéticos, las personas no traían genes malos, fue su estilo de vida y su conducta lo que causó que los genes se leyeran en forma defectiva porque modificaron su lectura influenciados por la epigenética, pero en forma negativa. O sea que podemos causar un cáncer con nuestra forma de vida, como también podemos curar un cáncer con nuestra forma de vida cambiando nuestro programa. La diferencia está en que si los genes nos controlan, como dice la vieja teoría, entonces somos víctimas porque no los elegimos y no los podemos cambiar. Cuando nos enteramos que alguien en nuestra familia tuvo cáncer, inmediatamente pensamos que vamos a tener cáncer. La nueva ciencia nos dice que tenemos un grupo de genes programados pero podemos reescribir lo que nosotros queramos y si estamos en el medio ambiente correcto y tenemos el apoyo correcto, podemos tener genes mutantes, reescribirlos y convertirlos en normales. Pero la situación que la mayoría de la gente está experimentando es que vinieron con genes normales y terminaron alterándolos con su estilo de vida creando una lectura negativa de los mismos. A la vez manifiestan una realidad negativa basada en la visión negativa que tienen.
J.P.- Es como en el caso de alguien que tiene un padre diabético o una madre con cáncer o que sufrió un ataque al corazón y piensa todo el tiempo que le va a pasar a él también porque lo asocia con algo hereditario.
B. H. L.- Exactamente, la creencia es la que genera las enfermedades y la profesión médica promueve también lo mismo, con lo cual lo hace aun más grave porque ahora lo está diciendo un profesional, ya no es más una idea del paciente. A muy temprana edad hemos aprendido que lo que un profesional nos dice, como en el caso de un médico, es verdad, sin cuestionarlo. ¿Qué pasa entonces cuando un médico nos dice que nos vamos a morir en una fecha determinada, ya sea en dos meses o en seis meses? Bueno, nuestra mente subconsciente nos dice, “El doctor siempre tiene razón, es un profesional”. Lo que nos haya dicho ahora está en nuestro subconsciente y éste manifiesta exactamente lo que el médico nos dijo.
J.P.- Es el llamado efecto nocebo, contrario al efecto placebo.
B. H. L.- Es exactamente el efecto nocebo o sea una creencia negativa que causa la enfermedad. Ahora, ¿Cómo es que los médicos son tan exitosos en diagnosticar cuándo va a morir el paciente que tiene cáncer? La respuesta es que ellos no adivinaron nada, solamente enunciaron una fecha que se calcula por la continuidad de la forma en que ha sido tratada la enfermedad del paciente y los resultados negativos obtenidos hasta ese momento. El paciente generó una creencia y esa creencia es la que lo termina matando, a menos que se permita cambiar su forma de pensar con respecto a su enfermedad y se dé la oportunidad de curarse. Así actúa la remisión instantánea en una enfermedad terminal, la cual está totalmente ignorada por la medicina tradicional.
J.P.- Sabemos que los pensamientos positivos tienen un profundo efecto en nuestra conducta y en nuestros genes, pero en su libro usted también aclara que esto sucede únicamente cuando los pensamientos positivos están en armonía con la programación del subconsciente.
B. H. L.- Lo que quiero decir es lo siguiente, muchas veces la gente quiere cambiar cosas en su vida con pensamientos positivos o afirmaciones como por ejemplo: “quiero estar sano” o “quiero una buena relación de pareja”, pero para la mayoría de la gente esto no funciona y a la vez los frustra porque piensan: “ si los pensamientos positivos les funcionan a otras personas , ¿Por qué no me funcionan a mi?”. El problema es que los pensamientos positivos vienen de la mente consciente y esta actúa el 5% del día. Ahora, la mente subconsciente está actuando el 95% del día, entonces tenemos una vida en donde el 5% del tiempo tenemos pensamientos positivos y si tenemos el subconsciente programado con ideas contrarias a lo que queremos manifestar conscientemente, el desbalance entre lo que queremos y lo que tenemos grabado en el subconsciente es enorme. A esto hay que agregarle que la mente consciente puede percibir 40 estímulos por segundo mientras que la mente subconsciente percibe 40 millones por segundo o sea que es un millón de veces más poderosa y ¡actúa el 95% del tiempo!. Ante semejante diferencia es imposible creer que si la mente consciente y la subconsciente no están alineadas, los pensamientos conscientes positivos puedan generar un cambio satisfactorio en nuestra realidad. Pero si tenemos una mente subconsciente que está de acuerdo con nuestros pensamientos positivos conscientes, entonces ambas mentes están en armonía y el cambio se manifiesta.
J. P.- Hay una película llamada "Water", producida por la productora rusa, Saida Medvedeva, donde diferentes científicos de todo el mundo hablan de las propiedades del agua y en especial mencionan el poder curativo que tiene el “agua estructurada” o agua que está en estado natural sin modificaciones del medio ambiente polucionado. ¿Ha tenido alguna experiencia al respecto?
B. H. L.- No directamente, pero sí estoy familiarizado con el trabajo del Dr. Masaru Emoto de Japón y su teoría de que el agua tiene memoria y puede ser influenciada o modificada por el medio ambiente y por consiguiente puede influenciar las funciones vitales del cuerpo humano. Básicamente estamos hablando de los principios de la homeopatía. Lo que hemos comprobado por medio de la física es que cuando el agua está en una solución y dos moléculas de agua se acercan, se envían información una a la otra por medio de una corriente eléctrica la cual genera una vibración que se va pasando de molécula a molécula. Así que si le agregamos al agua un químico que tenga una cierta vibración, las moléculas de agua reciben dicha vibración y la pasan a las otras moléculas de agua hasta llegar a un punto en donde se puede prescindir del químico original ya que las moléculas de agua han absorbido toda la vibración. Esto es lo que llamamos un tratamiento homeopático, en donde el agua cargada con una cierta vibración, al ser consumida por el paciente, modifica el agua de su propio cuerpo. Es uno de los procedimientos holísticos de curación.
Entrevista exclusiva de Jorge Patrono para www.creandotuvida.com
www.brucelipton.com
FUENTE:http://www.creandotuvida.com/Conferencia_Bruce_Lipton.html