Hace quince años, Fernando Malkún, barranquillero de
origen libanés, dejó la arquitectura que había estudiado en la
Universidad de los Andes, y a la que se había dedicado casi una década,
para responderse preguntas que se le atravesaron en su vida. Durante ese
recorrido se encontró con la cultura maya y se dedicó por completo a su
estudio. Hoy es un experto en el tema, con reconocimiento
internacional, y se mantiene de viaje por el mundo explicando el mensaje
que esa civilización dejó para los seres humanos.
-¿Los mayas dijeron
que se iba a acabar el mundo en el 2012?
—Se está generando un pánico colectivo absurdo
aduciendo que ellos habían anunciado que el mundo se acabaría en
diciembre del 2012. No es cierto. Los mayas nunca usaron la palabra fin.
Sí anunciaron un momento de cambio, de gran aumento de la energía del
planeta, lo que vendría a causar eventos destino, es decir, definitivos,
en la gente.
-¿Cuándo va a pasar
esto?
—No va a pasar: está pasando. Solo que las personas
no están juntando todas las piezas del rompecabezas para verlo. Pero
estamos en una ola de cambio como nunca.
-¿En qué se
percibe, según lo dicho por los mayas?
—La profecía anunció que el planeta elevaría su
frecuencia vibratoria, lo que es un hecho: esta frecuencia -que se mide
con la resonancia Shumann- pasó de 8 a 13 ciclos. Todos los planetas del
sistema solar están cambiando. De 1992 a hoy, los polos de Marte han
desaparecido un 60 por ciento y Venus tiene casi dos veces más
luminiscencia. Llevamos 300 años registrando el Sol, y las tormentas
solares más grandes han sucedido en los últimos seis meses. Ha habido un
aumento de terremotos del 425 por ciento. Todo está acelerado desde los
puntos de vista geofísico y solar. Nuestro cerebro, que irradia sus
propias ondas, se afecta por esta mayor irradiación del sol. Esa carga
electromagnética es la razón de que sentimos el tiempo más rápido.
-Habla de 1992.
¿Por qué ese año?¿qué pasó ahí?
—La esencia de las profecías mayas es comunicarnos
la existencia de un ciclo de 26 mil años, llamado elgran ciclo cósmico.
Todo, estaciones, meses, días, se ajusta a ese ciclo. Hace 13 mil años,
el Sol -igual que ahora- irradió más energía sobre el planeta y derritió
la capa de hielo. Esa capa cayó al mar, subió su nivel en 120 metros y
sucedió el llamado diluvio universal. Los mayas dijeron que cuando el
sistema solar esté otra vez a 180 grados de donde estaba hace 13 mil
años, la estrella polar brille sobre el polo, la constelación de Acuario
aparezca en el horizonte y el tránsito decimotercero de Venus se dé -lo
que sucederá el 6 de junio del 2012- el centro de la galaxia pulsará y
habrá manifestaciones de fuego, agua, tierra, aire. Y hablan, en
específico, de dos periodos de veinte años -de 1992 a 2012 y de 2012 a
2032- de cambios intensos.
-¿Para qué lo
anunciaban?
—La cercanía a la muerte hace que la gente repiense
su vida, la examine y corrija la dirección que lleva. Esto es algo que
ocurre solo si algo cerca a ti, o que te pasa directamente, te impacta
tremendamente. Es lo que ha sucedido con los tsunamis, los terremotos,
los eventos de la naturaleza que estamos viviendo.
-Entonces, sí
hablan de muerte.
—Hablan de un cambio, de un despertar de la
conciencia. Todo lo que está mal en el planeta se está potenciando con
el objetivo de que la mente humana se dedique a resolverlo. Hay una
crisis de conciencia individual. La gente está viviendo eventos destino,
sea en sus relaciones, en sus recursos, en su salud. Es un proceso de
cambio que se basa sobre todo en que se está develando lo invisible, y
está afectando en especial a la mujer.
-¿Por qué a la
mujer?
—La mujer es quien tendrá el poder de crear la nueva
era, por su mayor sensibilidad. Según las profecías -no solo mayas,
sino muchísimas-, la era que viene es de armonía y espiritualidad. Las
cosas que están mal se van a resolver en el periodo que los mayas
llamaron el tiempo del no tiempo, que irá de 2012 a 2032. Desde 1992, el
porcentaje de mujeres que ven el aura (seres sanadores) en el planeta
ha subido. Hoy, es del 8,6 por ciento. Imagínate que en 2014 sea el 10
por ciento. Significaría el inicio de un periodo más transparente. Esa
sería la dirección hacia el cambio no violento.
-Pero lo que uno ve
hoy es un aumento de la agresividad…
—Las dos polaridades están intensificadas. Están
abiertos ambos caminos, el negativo, oscuro, de destrucción, de
enfrentamiento del hombre con el hombre; y el de crecimiento de la
conciencia. Hay varias voces que están poniendo a reflexionar al ser
humano respecto de esto. Desde 1992, la información vedada de los
gnósticos, los masones, los illuminati, está abierta para que se utilice
en el proceso de cambiarse a sí mismo.
-¿Todo esto lo
dejaron escrito los mayas, así de específico?
—No hasta este punto. Ellos dijeron que el Sol iba a
modificar las condiciones del planeta y que generaríaeventos destino.
El Sol ha roto todos los récords este año. Los terremotos han aumentado
el 425 por ciento. El cambio de temperatura es muy intenso: del 92 para
acá ha subido casi un grado, lo mismo que subimos en los 100 años
anteriores. Antes, había 600 o 700 tormentas eléctricas simultáneas; hoy
se presentan dos mil. Antes se registraban 80 rayos por segundo, hoy
caen entre 180 y 220.
-¿Cómo sabían ellos
que iba a pasar esto?
—Tenían una tecnología extraordinaria. En sus
pirámides había altares desde donde estudiaban el movimiento del sol en
el horizonte. Producían gráficas con las cuales sabían cuándo habría
manchas solares, cuándo sucederían tormentas eléctricas. Fue un
conocimiento que recibieron de los egipcios, que, a su vez, lo
recibieron de sacerdotes sobrevivientes de la Atlántida, la civilización
destruida hace 13 mil años. Los mayas perfeccionaron el conocimiento y
fueron los creadores de los calendarios más exactos. Uno, llamado la
cuenta larga, termina el 21 de diciembre de 2012, y marca el punto del
centro exacto del periodo de 26 mil años. Sabían que vendrían estos
cambios y lo que hicieron fue darle esta información al hombre del 2012.
-¿Estos cambios
solo han sido planteados por ellos?
—Todas las profecías hablan de lo mismo. Las
hindúes, por ejemplo, anuncian el momento de cambio y hablan de la
llegada de un ser extraordinario. Los mayas nunca hablaron de un ser
extraordinario que viniera a salvarnos, sino de crecer en conciencia y
asumir nuestra responsabilidad.
-¿Y si uno no cree
en eso?
—Creas o no, lo vas a sentir en tu interior. En este
momento, la mayoría está viviendo un tiempo de evaluación de su vida.
¿Por qué estoy aquí, qué está pasando, para dónde quiero ir? Basta mirar
el crecimiento de la búsqueda de espiritualidad, no de religiosidad,
porque la religión no le está dando respuestas a la gente.
-¿Su vida personal
cambió?
—Hace 15 años. Era tremendamente materialista. Mi
conducta hoy es muy distinta. Me pregunté por qué estaba aquí, para qué,
y por razones especiales terminé metido en el mundo maya. Y puedo
afirmar que no se trata de falsas creencias para remplazar por falsas
creencias. Yo me quité muchas historias de mi mente, aunque aún sigo en
el tercer nivel de conciencia, que es el que predomina en el planeta.
-¿Quiénes están más
arriba?
—Hay personas que están en un nivel 4 o 5. Son las
menos famosas, de bajo perfil. En un viaje me encontré a un jardinero
extraordinario, por ejemplo. Esos seres están en servicio permanente,
afectando la vida de muchas personas, pero no de manera pública.
-¿Qué tenemos que
hacer, según esta teoría?
—El universo nos está dando una oportunidad
individual para reestructurar nuestras vidas. La manera de
sincronizarnos es, primero, no tener miedo, darnos cuenta de que podemos
cambiar nuestra conciencia. La física cuántica ya lo ha dicho: la
conciencia modifica la materia. Lo que significa que tu vida depende de
lo que tú pienses. La distancia entre causa y efecto ha disminuido. Hace
20 años, para que se manifestara algo en tu vida, necesitabas gran
energía. Hoy, piensas algo y a la semana está sucediendo. Tu mente lo
causa. Lo que debemos es buscar las respuestas, que están ahí.
Por María Paulina Ortiz
Por María Paulina Ortiz