Investigan si compuestos del azufre infuyen directamente en las superficies oceánicas, la atmósfera y cambios climáticos. Se confirmaría la teoría de la autorregulación de la Tierra.
MARYLAND.- La denominada hipótesis Gaia, que postula que la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente y un sistema autorregulador que tiende al equilibrio, podría confirmarse con nuevos estudios desarrollados en la Universidad de Maryland, Estados Unidos.
¿Es realmente la Tierra (Gaia) un ser vivo gigante? Según publica dicha Universidad en un comunicado, la clave para develar dicha incógnita estaría en un elemento químico que se encuentra entre los 10 más abundantes del universo: el azufre.
De acuerdo a la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences, los organismos marinos producen un compuesto del azufre, el dimetilsulfuro, que es lo suficientemente estable como para resistir la oxidación en el agua, lo que permite su circulación hacia el aire y la superficie terrestre.
Las emisiones de dimetilsulfuro son esenciales para la regulación del clima debido a que se transforman en aerosoles, los que se cree influyen en el equilibrio de radiación térmica terrestre.
Lo que han hecho Harry Oduro, de la Universidad de Maryland, en colaboración con el geoquímico James Farquhar, y la bióloga marina Kathryn Val Alstyne, de la Western Washington University, es desarrollar una herramienta que posibilita el rastreo y la medición del sulfuro a lo largo de todo el ciclo del azufre: desde la metabolización de estos compuestos por parte de los organismos oceánicos hasta la atmósfera y la tierra.
Huellas isotópicas
Al igual que muchos otros elementos químicos, el azufre está compuesto por diferentes isótopos o átomos cuyos núcleos tienen una cantidad diferente de neutrones, y por lo tanto, difieren en masa.
Diferencias sutiles entre isótopos han hecho posible para los científicos establecer diferencias, en forma de huellas isotópicas, entre los distintos compuestos del azufre, producidos por las macroalgas (algas marinas multicelulares) y el fitoplancton, para poder rastrearlos.
Los registros resultantes han revelado una variabilidad inesperada en una señal isotópica que parece estar relacionada con la manera en que el azufre es metabolizado, añade el investigador.
Además ha demostrado que las diferencias en la composición isotópica del dimetilsulfuro pueden ayudar a afinar las estimaciones de sus emisiones a la atmósfera y su ciclo en los océanos.
El análisis muestra que el uso de los isótopos para registrar el ciclo de los compuestos del azufre en las superficies oceánicas, así como el flujo del dimetilsulfuro a la atmósfera, servirá para responder a importantes cuestiones sobre el clima –vinculadas al ciclo de azufre- y a predecir mejor los cambios climáticos, asegura Farqhuar.
Asimismo, estas mediciones ayudarán a establecer mejor las conexiones entre las emisiones de dimetilsulfuro y los aerosoles de sulfato, y permitirá conocer la interacción entre el mundo marino, la atmósfera y la tierra, para concluir hasta qué punto se autorregulan y si es posible que la teoría Gaia sea cierta.
En 2004, científicos de la Universidad de Hong Kong hicieron público otro descubrimiento que podría respaldar uno de los aspectos de la hipótesis Gaia, que señala que la Tierra vive algún proceso de respiración.
Los investigadores descubrieron que el litoral terrestre respira bajo el efecto de las mareas, originando la aspiración y expiración del aire y la humedad y afectando a las infraestructuras costeras.
Domingo, 20 de Mayo de 2012, 11:02